Este difícil año 2020 está poniendo a prueba toda la resiliencia de la que podamos hacer acopio. En el caso de Koala Ediciones, el año está resultando duro, durísimo, pero no por el trabajo y las vicisitudes del mundo editorial, sino por la vida privada de aquí la editora y fundadora de esta humilde editorial. Si el 2019 ya fue difícil a nivel personal, el 2020 ha sido aún peor. Los peores temores se han cumplido y el cáncer se ha llevado a quien era mi pilar, mi gran amigo, el amor de mi vida (por cursi que suene) y padre de mis hijos. También era la persona a los mandos técnicos de la web de la editorial y un buen consejero en cuanto a qué libros publicar, las revisiones de texto y las sugerencias de títulos.
Este Atlas en concreto le debe mucho. Entre quimio y quimio le gustaba sentarse conmigo y releer mi traducción y mis dudas de cómo adaptar el texto. Esto lo convierte en un libro muy especial para mí. Disfrutamos mucho editando juntos este atlas. Por ello, además de por ser un libro precioso, con textos entre divulgativos y poéticos (en este aspecto el poeta checo Radek Malý ha logrado un mágico y bello equilibrio) y unas bellísimas ilustraciones realistas con un toque clásico muy especial, siempre ocupará un lugar importante en mi corazón, porque este libro más que ningún otro de Koala Ediciones lo editamos juntos mano a mano.
Como la vida misma, este libro es un texto triste en apariencia porque habla de animales que se han extinguido por completo en nuestro planeta, en gran medida con el ser humano como responsable directo o indirecto. Pero habla también de esperanza, de respeto a la naturaleza, de amor, de belleza, de intentar comprender el mundo que nos rodea. Para entender por qué hablamos de esperanza en un libro sobre la extinción, tendréis que leer el detallado prólogo que David Storch (biólogo profesor en la facultad de ciencias, departamento de ecología de la Charles University de Praga) realiza al inicio del libro. Veremos que no todo es blanco o negro, y que la naturaleza siempre es mucho más compleja de lo que se ve a simple vista.
Este libro va dedicado a ti, aunque no me permitiste colocar tu nombre en los créditos como yo quería. Estés donde estés tu luz y la magia de tu sonrisa y bondad nos sigue acompañando. Has dejado una hondísima huella en los que te conocíamos, al igual que todos los animales extintos homenajeados en este libro dejaron su huella e impronta en el planeta tierra.
Aprendamos de nuestros errores pasados y protejamos nuestro planeta y legado natural. Hoy además más que nunca, protejámonos unos a los otros (mascarillas bien puestas y lavado de manos) porque la vida es hermosa pero frágil y todos viajamos en el mismo barco.